En un partido bastante accidentado, Tigre y el Arse igualaron 2 a 2 con un polémico arbitraje de Diego Abal. El Matador fue superior, manejó mejor la pelota y hasta podría haberlo liquidado; pero no supo sacar ventaja del hombre de más tras la expulsión de Campestrini.
La tarde en el José Della Giovanna pintaba mejor de lo que terminó siendo. Las necesidades de uno y otro equipo hacían pensar que los dos iban a salir a buscar el partido desde el primer minuto, pero la mediocridad y el miedo a perder fueron más fuertes. No por que se hayan marcado cuatro goles el partido tuvo que haber sido bueno.
De entrada todo fue desorden. Tanto, que a los 5 minutos el árbitro Abal – de floja actuación – cobró un penal a favor de Tigre, que el arquero de Arsenal le contuvo al Chino Luna. A pesar de esto, el conjunto local siguió proponiendo y estuvo más cerca de abrir el marcador.
Sin embargo, cuando el Matador mejor jugaba, después de un par de chances claras de Román Martínez, Maggiolo y un tiro en el travesaño de Luna, Arsenal llegó a ponerse en ventaja a través de Emilio Zelaya, que gambeteó a Javier García y cruzó el remate para estampar el – hasta entonces – inmerecido 1 a 0 a los 32 minutos.
La segunda etapa siguió de la misma manera y rápidamente Tigre consiguió la igualdad, luego de que Diego Abal le otorgara un penal inexistente que Cachete Morales trasformó en gol. Diez minutos más tarde, a los 15, Echeverría – en posición adelantada – tomó un rebote y, de media vuelta, metió el 2 a 1. La cosa siguió peor para Arsenal, que se quedó con uno menos por la expulsión de Campestrini por exceso verbal.
Los de Alfaro cayeron en un pozo del que parecía que no podrían salir y Tigre tenía todo servido como para definirlo, pero la impericia de los delanteros del Matador impidió estirar la ventaja. Y fue a través de una pelota parada y el cabezazo de Guillermo Burdisso, a dos del final, lo que le dio al Arse el empate definitivo.
El resultado se podría haber modificado a favor de cualquiera de los dos bandos: un gol (mal) anulado por offside a Lisandro López y un tiro en el travesaño de Maggiolo pudieron haber torcido la historia, pero finalmente todo quedó igual.
Por Bruno Calagioni para Vavel Argentina
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