Con el Torneo Apertura 2011 casi definido y el Boca de Julio Falcioni a punto de consagrarse, Racing, el equipo que a principios del semestre se perfilaba como el máximo rival del equipo de la Ribera, se cae a pedazos.
Por Agustín Luchtenberg en VAVEL Latinoamérica
La crisis deportiva en la que se encuentra sumergido el equipo es más profunda de lo que parece. Teófilo Gutiérrez, su máxima figura, está el ojo de la tormenta por sus graves problemas de indisciplina y sus declaraciones sin filtro, sobre el DT Diego Simeone y sus compañeros. El vestuario se quebró y los jugadores no reparan en las consecuencias de sus dichos ante la prensa. Patricio Toranzo fue otro que se animó a discutir las decisiones del entrenador al declarar “No se porque me sacó”.
De ser otro el presente de Racing en el torneo, tal vez con la posibilidad de llegar con chances de campeonar a la última fecha o de pelear palmo a palmo con Boca, seguramente todos estos problemas no habrían visto la luz del sol. Sin embargo, el fútbol argentino de los últimos tiempos se ha caracterizado por no esconder nada debajo de la alfombra y todo, tarde o temprano, sale a la luz.
El conflicto con el delantero colombiano fue, sin lugar a dudas, el desencadenante final para que explotase la bomba en Avellaneda. Dividió las aguas entre los fervorosos hinchas que lo bancaron aún a sabiendas de su polémica personalidad, acusado de soberbio y mal compañero, y aquellos que pusieron la integridad del club y del equipo por sobre todas las cosas.
En la antesala del partido contra Boca, el más importante de Racing en mucho tiempo, casi a una década del último título allá por Diciembre de 2001 con el país hecho pedazos y la mitad de Avellaneda festejando luego de 35 años de sequía, Gutiérrez tuvo el atrevimiento de ausentarse más de 48 horas a los entrenamientos, amparándose en la convocatoria a su Selección para disputar la fecha doble de Eliminatorias.
Para colmo, la derrota 3 a 2 ante Belgrano en el último fin de semana no hizo más que seguir echándole leña al fuego. El equipo perdió el invicto, único hecho hasta ese entonces positivo de la campaña y con eso se diluyó el poco apoyo que le quedaba. Los hinchas se fueron ovacionando a Sebastián Saja, el segundo arquero menos vencido del torneo, y pidieron a Teo para el partido frente a El Porvenir por la Copa Argentina.
La decisión del DT de no brindar declaraciones y cancelar todas las conferencias de prensa hasta nuevo aviso deja en claro un único aspecto: el fin de año Académico, con las elecciones presidenciales del 17 de diciembre próximo de por medio, será una ocasión más que útil para replantearse el futuro del club.
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