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Boca Campeón del Torneo Apertura 2011

Written By Agustín Luchtenberg on 4 de diciembre de 2011 | 21:23

Por Eugenio Schraier en VAVEL Latinoamérica Sin tanto brillo, pero con una solidez y una efectividad impresionantes, Boca Juniors se llevó el Torneo Apertura 2011 tras golear como local a Banfield por 3 a 0 con dos goles de Darío Cvitanich y uno de Diego Rivero. 

Mientras que 24 mil personas habían votado para deterrminar quién iba a ser el próximo presidente boquense, el clima en la Bombonera era ideal. Las elecciones se hicieron a un lado para dejar paso al azul y oro desde las tribunas que auguraban el final casi anunciado. Riquelme volvía al banco después de 1 mes y medio sin actividad. Y como si fuera un guiño del destino, el partido encontraba a Julio Falcioni, Walter Erviti y Darío Cvitanich del lado xeneize y a Ricardo La Volpe en el Taladro
Como no podía ser de otra manera, el delantero ex Banfield empezaría a sellar la historia. Primero a los 10, tras una serie de rebotes, y después a los 44, con una volea que se desvió en el camino. Boca se iba al entretiempo paladeando la gloria.
En el arranque de la segunda mitad, Diego Rivero coronaría un gran campeonato con un golazo de afuera del área que se clavó en el ángulo. Y para ponerle la cereza al pastel, Román. El 10 se cambió, se puso los botines y volvió, después de 49 días, a disfrutar en el patio de su casa. El estadio era pura fiesta, toda la gente aunada en una emotiva ovación para uno de los mejores de la historia xeneize. Y también para cada uno de los integrantes del plantel y del cuerpo técnico, esos mismos que les devolvieron la alegría.
Y por fin, el último pitazo de Héctor Baldassi como árbitro profesional desató la euforia en el Alberto J. Armando. Más de 50 mil almas cantaron "dale, campeón" con más fuerza que nunca.
Boca empujó por todos lados, fue punzante, fue peligroso, pero por sobre todo, fue sólido. Esa solidez que lo condujo derechito al título, casi sin tambalear. Tomó tiempo, pero la idea era clara. Más allá del gusto de cada persona, es innegable que el entrenador encontró una manera de jugar y una filosofía que supo inculcar. Los jugadores creyeron en sí mismos y en ese estilo. La convicción fue clave.
No tuvieron mucha competencia, es cierto. La irregularidad de los demás le permitió sacar una ventaja amplia desde el principio. Pero se supieron mantener invictos, que no es poco. Los 22 goles a favor y los 4 en contra son la clara evidencia de la principal característica del campeón. Un equipo práctico y efectivo sostenido en su arquero y en su defensa.
Vigésimo cuarto y merecido título para Boca, sus jugadores y su gente. Más allá de cualquier cuestión política que se pueda llegar a inmiscuir, lo que realmente vale la pena es el fútbol.

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